A la vida desde el lago le ha salido un sidecar con el que podéis pasar un rato de entretenimiento. Un rato de recuerdo sin nostalgia; del arte del cartel, la pegata, el boli, la chapa; de descubrimiento, para las personas más jóvenes; de afición a coleccionar cachitos de nuestra historia... Me lo iba a hacer mirar por un especialista, pero he visto que hay gente que guarda cosas más raras que yo, así que he decidido que me conozcáis un poco más compartiendo papelería y cacharrería variada.
Ando lentito con la cosa de los blogs, lo reconozco, pero son causas de fuerza mayor. Os pongo este cartel de las elecciones municipales de 1979. Si la campaña del PSOE era bonita, la del PCE también estaba muy bien, en mi opinión. Al menos esta seria de cartelería, que hubo otra que os enseñaré que era de espanto.
En el 79 el PCE era el partido de las artes y la cultura. Mucha gente de las artes colabora con el Partido Comunista. Carrillo acababa de quitarse la peluca prácticamente y se respiraba un aire de libertad. Los ayuntamientos se llenaron de alcaldes y concejales comunistas que no tenían ni cuernos ni rabo (entiéndase, no eran demonios).
En sus campañas, el PCE se encargó de no asustar al personal que las leyendas franquistas estaban en el inconciente colectivo. Eran campañas amables, simpáticas en las que los comunistas aparecían como personas normales, no como monstruos. Y el Eurocomunismo de Santiago Carrillo era una cosa bastante civilizada.
En realidad, aunque estabamos aprendiendo, todo era menos crispado. Ahora no. Ahora hay especialistas en crispación y no hay carteles bonitos.
Estamos ya en el principio de la campaña para las elecciones autonómicas y municipales y del baúl de los recuerdos salen algunos carteles que demuestran cómo ha cambiado la cosa. Ahora los carteles "manchan", yo que siempre pensé que eran un arte y que además servían para tener viva nuestra memoria.
En fin, acaba de empezar la cosa de convencernos para votar a tal o a cual. En las farolas de Madrid han surgido caras que no "manchan" porque no están pegadas en las paredes, pero que dan miedo. A mi Espe me parece Cruela de Vil, por ejemplo; Lissavetzky quiere gobernar en nuestras calles, y no sé yo si llegará a la comunidad de vecinos. Y así todo.
Pero este cartel que os pongo es de una magnífica serie que preparó el PSOE para las municipales de 1979. Si estoy equivocado que alguien lo diga. El autor es el prestigioso artista José Ramón. Bueno, pocas descripciones requiere. El verde lo llenaba todo, no en vano los parques volvían a ser del pueblo y podían usarse en libertad. Ya no estaba prohibido morrear en un banco y entre todos se disfrutaba de la libertad en espacios públicos. Por cierto el señor de la estatua, no creo que sea Marx, que la leyenda dice: "El pueblo a los artistas".
Y una de cotilleo, José Ramón es el padre de Daniel Sánchez Arévalo el director de pelis como AzulOscuroCasiNegro, Gordos o Primos.
Para los más suspicaces, habrá carteles de otro partidos.
Acaba de cumplirse el 25 aniversario del referéndum sobre la OTAN. El plebiscito supuso el mayor alarde de cambio de postura de un partido político (OTAN de entrada no; de salida tampoco) y un hito en la comunicación política. Toda una hazaña del PSOE que logró darle la vuelta a unas encuestas machacando con distorsiones y con un final de campaña digno de estudio con Felipe González como protagonista.
En lo que a mí respecta, me recuerdo desolado en la plaza Mayor (en Madrid) con unas botellas de cava que sirvieron para ahogar penas en vez de para celebrar. Era la primera vez que votaba y no tuve buen comienzo. Sentí frustración y experimenté el desasosiego de ser incomprendido por los políticos, en concreto por el Gobierno.
También aprendí lo importante del pensamiento crítico, dentro incluso del PSOE. No olvidaré un valiente mitin en el cine Ideal (antes era uno) de Izquierda Socialista, la corriente más izquierdista de aquel momento en este partido. La OTAN fue también prueba de fuego en el PSOE con aquel Alfonso Guerra de "el que se mueve no sale en la foto", amenazando con expulsar a más de un barón madrileño por esas querencias pacifistas...
El referéndum fue un terremoto que tivo réplicas durante años. Unas réplicas que sirvieron para movilizar a muchas personas en manifas, marchas y concentraciones con lemas tan recordados como el sencillo "¡OTAN no, bases, fuera!" o "¡Ni OTAN ni Varsovia, cochinillo de Segovia!", evidentemente criticado por los sectores veganos de la movida.
El cartel que os pongo veo que me ha dado pie a soltar un medio rollo de abuelo Cebolleta o Capitan, tan; pero me ha salido así. Y mucho más que me he cortado. El poster corresponde a la octava marcha a Torrejon, realizada tal que hoy hace 23 años. El cartel es malillo y con connotaciones un poco raritas, que ya les vale lo de poner un zapato de tacón, supongo que correspondiente a una mujer. Pero vamos a ver ¿quién se hacía una marcha a Torrejón, o a dónde sea, con tacones?
La marcha era contra las bases y contra un montón de cosas más, la OTAN, las nucleares... ¿Qué decir de las nucleares con la que está cayendo en Japón? Eso será otro capítulo.
Bueno, como veís, a marcha la convocaba todo el mundo de siempre. Un gran batiburrillo de amigos. Los que siempre estaban en los mismo sitios.
¿Os acordáis de este temazo, que fue censurado por la tele de entonces?
